martes, 20 de agosto de 2013

SAL CON UNA CHICA QUE VIAJA

Sal con una chica que viaja. Sal con una chica que prefiera ahorrar para viajes fuera de la ciudad o excursiones de un día a comprar zapatos o ropa nueva. Puede que tal vez no se vea muy “fashion”, pero detrás de esa cara bronceada y pecosa por todos los días al sol, yace una mente que puede llevarte a muchos sitios, y un corazón abierto que te tomará por lo que eres y no por lo que puedes llegar a ser.
Sal con una chica que viaja. La reconocerás por la mochila que siempre carga. No la verás con un delicado bolso de mano; ¿dónde llevaría, si no, sus diarios de viajes, sus lapiceras o la linterna que siempre está junto al cierre de su mochila? En una pequeña cartera, ¿cómo podría llevar sus libros, los pañuelitos húmedos, el paquete de galletas y la botella de agua que siempre carga, en caso de que cambien los planes y decida demorar el regreso a casa? Pues sí, una chica que viaja sabe que en cualquier momento, cualquier cosa puede pasar y ella debe estar lista. Nada la toma por sorpresa; pues sabe que los cambios son parte de la vida.
También podrás reconocer una chica que viaja por el hecho de que ella siempre se asombra del mundo que la rodea, no importa si está en su ciudad natal o en un sitio que le es totalmente nuevo. Ella ve belleza a su alrededor, no sólo de la que aparece en las guías de viajes o exhibidas en una postal. Una chica que viaja ha desarrollado una apreciación más profunda de la vida. No va a juzgarte o a presionarte para que hagas cosas que no quieres hacer. Ella respeta demasiado la importancia de la identidad y la singularidad, y te apreciará aún más si no pretendes ser quien no eres.
Puedes cometer errores con una chica que viaja, y también puedes ser tan peculiar como quieras ser. Confía en mí, ella ha visto cosas mucho peores en sus viajes, y conoce de primera mano los caprichos de la naturaleza humana.
Sal con una chica que viaja, porque cuando estás con ella, te darás cuenta de que a pesar de haber dormido una siesta en un templo de Angkor Wat, navegado por el Delta del Mekong, corrido por las calles de Saigón, o nadado desnuda en las cuevas de Filipinas, aún conserva la humildad, que es la marca de un verdadero viajero. Ella sabe que ha estado en un montón de lugares, pero sabe también que el mundo sigue siendo un gran lugar y  que sólo ha visto una pequeña parte de él. Esto puede hacerte sentir bien contigo mismo;  no necesitas hacer más, ni ser más. Lo que eres es suficiente.
Cuando conozcas a una chica que viaja, pregúntale dónde ha estado y cuáles son sus próximos planes. Ella apreciará tu interés y, si tienes suerte, puede incluso invitarte a que te unas a ella. Si lo hace, acepta. Nada cautiva mejor a la gente que viajar.
Salir con una chica que viaja es simple. Ella no esperará que le compres regalos costosos: dos pasajes para pasar juntos un fin de semana en cualquier lugar la harán más que feliz. Puedes también comprarle pequeñas cosas que ella siempre olvida de comprar por sí misma: un candado para su equipaje, una funda para su mochila o tal vez un sarong que reemplace aquél que se olvidó en China.
A una chica que viaja no le importará si te pierdes camino a la cita. Sabe que, muchas veces, el viaje es más importante que el destino. Te ayudará a ver el lado más ligero de las cosas y va a caminar junto a ti, no detrás ni delante, señalándote las cosas más interesantes de las que verán en la ruta. En poco tiempo te darás cuenta de que sí, el viaje ha sido más memorable que el destino al que tú habías planeado llevarla.
¿Vale la pena una chica que viaja? Sí, claro que sí. Así que cuando la encuentres, no dejes que se vaya. No la pierdas por tus inseguridades y dudas. Si ella dice que te ama, es porque realmente lo hace. Al fin y al cabo,  ha visto tantas cosas, ha conocido tanta gente, que si te ha escogido lo mejor es tomar la oportunidad y dar gracias por tu suerte. Si ella dice que te ama, es porque ha visto algo en ti, algo capaz de hacerla regresar de sus viajes y anclarse en el mundo de la manera en que desea hacerlo, después de semanas o meses en la ruta.
Sal con una chica que viaja. Hazla sentir a salvo. Haz que sepa que sin importar adonde vaya, o el tiempo que se haya ido, siempre estarás ahí para ella.
Encuentra una chica que viaja. Ten una cita. Amala y cásate con ella, y tu mundo nunca será igual otra vez.

Fuente:  *Traducción y adaptación de “Date a girl who travels”, escrito por Aleah Taboclaon.

1 comentario:

  1. Simplemente wow, me encantó esta nota. No he leído el original pero creo que tu adaptación es la mejor y es fabulosa. =D

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