domingo, 1 de julio de 2012

PERDONA Y OLVIDA... PERO AUN NO OLVIDO!

Creer haber perdonado a una persona del pasado, encontrártela en el camino después de tantos años, y recordar inmediatamente todo lo que pasó en aquel tiempo, sintiendo tristeza en el alma, como si todo hubiera pasado ayer, definitivamente es no haber perdonado nunca.

Aparentar que ya nada nos duele, que nada nos lástima, esconder los sentimientos tras una falsa sonrisa y por dentro estar indefensos con una carga pesada que te la llevas contigo todos los días de tu vida: Al trabajo, al estudio o a la iglesia (pensando que asistiendo a misa se pasará el dolor y que las cosas cambiaran... pero nada cambia, porque nada llena tu vacío corazón).

Y cuando estás a solas, ser poseído por un huayco de recuerdos tristes que te regresan al pasado y al dolor de ese difícil momento, derramando lágrimas contenidas de melancolía e impotencia por no poder olvidar ese lamentable suceso.

Tratas de no estar a solas, de estar rodeado de personas, para no recordar y sentir ese dolor, para que la soledad no te persiga, pero la soledad tarde o temprano te atrapa, y no le importa que sean las 3 de la mañana o las 5 de la tarde.

A quién no le ha pasado? ¿Quién no ha podido perdonar algo doloroso en su vida? ¿Quién ha creído haber superado un problema, y con el paso de los años darse cuenta que no fue así, que las heridas aun duelen? ¿Cómo se superan las situaciones difíciles de la vida? ¿Cómo dar vuelta a la página y comenzar todo de nuevo cuando no se puede olvidar?

Sólo les digo que en situaciones así, lo más importante es reconocer que no haz sido sincero contigo mismo y no haz perdonado de corazón, debes meditar en ello y buscar la ayuda necesaria para poder superarlo y salir de la tristeza. Debes ser libre, totalmente libre del pasado, debes ser feliz. Tienes derecho a ser feliz, a empezar de nuevo, a tener un nuevo comienzo.

Mis amistades cristianas, a quienes respeto y valoro mucho, siempre me están dando buenos consejos, y pautas para dejarlo todo en manos de Dios y poder perdonar de corazón ciertas cosas que me han sucedido y que aún no he podido olvidar, pero a veces "siento" que mi oración no toca ni el cielo, porque soy como una especie de tono gris, una mezcla entre lo bueno y lo malo, y "siento" que por esto Dios no escucharía mi oración. Sin embargo, me explicaron que esto no se trata de sensaciones sino de convicciones, por eso espero que mi convicción se fortalezca con el tiempo para poder encontrar la paz que necesito en mi ser y en mi convicción sé que Dios está conmigo, sacando el dolor de mi corazón y guiando mis pasos.

Lo mejor es dejar salir el dolor, expresarlo en palabras, hablar de esto hasta que te canses, porque hablando del tema, te liberas, te das cuenta que al final lo que pasó es algo tonto, que no tienes la culpa, y te ríes de tu propia reacción, y te ríes de ti porque sabes que eres humana, y que te equivocas como cualquiera, y cuando te ríes, sueltas el pasado, vuelves a mirar a esa persona que te hizo daño, y ya no sientes odio, ni rencor, ni tristeza, ya no sientes nada y eres feliz, porque por fin fuiste libre de esa mala emoción...

Si en caso, lo que te pasó, realmente fue demasiado fuerte, puedes hablar con un amigo/a, busca ayuda, también puedes hablar con Dios, con él puedes ser verdaderamente sincero y dejarlo todo en sus manos. Él no te juzga, ni te condena, y a pesar de todo lo malo TE AMA. y por medio de ese amor, hoy soy feliz, soy libre, y amo de nuevo.

PERDONAR es el nuevo desafío de mitad de año, pongan lo mejor de si en este proceso.

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