Te quiero para una noche.
Y luego otra.
Quizás, te quiero para todas las noches.
Del resto de mi vida.
Podemos compartir un café.
O la casa.
Te invito una cena.
Y luego te dejo mis sueños de postre.
Podemos intentarlo.
O podemos pasar por desapercibido.
Ante todo.
Dejando un atardecer de souvenirs.
Para recordar el día que pudo ser.
Y resumir una vida...
Conversión - Ramón Colmenarez
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