He aquí otro dilema de toda mujer... canas everywhere!!!

Hace días que vengo contandolas [jajaja en serio] y es que aun no lo puedo creer, tan chibola yo, con algunas rebeldes canitas asomándose por mi linda melena... pucha que roche! me miro al espejo y me pregunto, es así como empieza este asunto de la vejez??

Sin tratar de darle mucha importancia al asunto, continúo con mis días entre la chamba y la rutina, como si la cosa no fuera conmigo, hasta que Vilca, un compañero del trabajo me hace roche delante de todos:

-Helssi, eso que veo por allí, es una cana??! oe flaca, te están saliendo canas!! [tragame tierra] yo palteada traté de callarlo y no pude... respiré profundo, me reí con él, y me hice a la loca con todos los demás.

Escandalizada por esto, hice lo que cualquier persona en su sano juicio haría: postear en Facebook. Pero como yo no tengo el juicio tan ajustado para estas épocas de social sharing (no le anuncio al mundo que mis días son buenos o malos cada dos horas), acudí a una amiga. Por WhatsApp, le di la mala noticia. “Morí, es el fin. Me acaban de hacer roche por una C A N A” (caritas llorosas).

Ella, tan experimentada -aunque realmente no lo es tanto-, se burla de mí y me dice: todos tienen canas. Yo tengo canas, fulanita las tiene, menganita tiene aún más y todas somos casi de la misma edad!.

Me pregunto si algo tendrá que ver todas esas desveladas brutales, en las que estuve despierta a punta de cafés y Red Bull (que a veces me da alas) para escribir como una desquiciada -al borde del aneurisma- los trabajos que me garantizan los frejoles (como diría mi jefe)

o tal vez fueron las muchas amanecidas. Siete años de mal sueño tienen que pasarte factura. ¿Habrá sido el engaño del novio que fue, la decepción del que pudo ser o la ansiedad por el que jamás lo será? Ñam, tal vez es por las tres cosas.

No. Debe ser el trabajo… O los trabajos. Necesito un break (sol, playa, arena)... y un buen cambio de look right now! [castaña, peliroja, rubia, mechitas, iluminación... mmm surprise coming]